sábado, 25 de abril de 2009

Catulo 109

Me prometés, vida mía, que este amor nuestro será para siempre feliz del uno al otro. Dioses venerables, hagan que ella pueda prometer de verdad, y que hable sinceramente y de corazón, para que sea posible por el resto de la vida continuar este pacto de sagrada amistad.

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